Son muchas las mujeres que sienten un llamado a la vía de la sanación. Yo así lo sentí, como un impulso interior, una convocatoria a querer tocar para mover la energía y sanar.
Es la llamada de la Dakini.
¿Qué es una Dakini?
Es una deidad abstracta, no tiene una imagen propia, ya que tiene muchos significados. Es también una mujer que cuida y sana a través de trabajos con la tierra. Es la que danza en los cielos y ocupa el espacio. En el tantra budista es un sendero para lograr el estado supremo de gran gozo.
En el tantra y en los tiempos antiguos, la Dakini era la mujer que iniciaba a los hombres jóvenes en la sexualidad sagrada.
Yo diría que María Magdalena era una Sacerdotisa Tántrica.
Entonces, una Dakini, es una mujer al servicio de la Diosa, de la energía universal y la creatividad.
¿Y cómo es una Dakini de hoy día?
Es una mujer que acompaña a los demás en un viaje iniciático y les va guiando, sin mezclarse en los procesos del otro.
Se mueve por un propósito divino.
Su silencio es Amor.
Una Dakini no es invasiva, es compasiva.
Su sensualidad se expresa a través de la nutrición de su mirada, como maná para el alma del otro. Es paciente, posee una mente flexible y sin juicios. Está presente y muestra integridad.
Una Dakini trasciende el me gusta o no me gusta, está en su centro. Abraza emociones y pensamientos. Se permite su niña y su adulta interior, y las unifica. Sombras y luces, frío y calor, yin y yang, todo es abrazado en su corazón.
La Dakini hace lo que es conveniente para la totalidad, está al servicio.
Una Dakini de hoy día es sanadora sexual desde la escucha, la empatía y la compasión. Su toque es consciente y su huella lleva a una conversación celular.
Es una guía para la energía Kundalini, sabe cómo moverla y acompañarla.
“UNA DAKINI HACE ALQUIMIA SEXUAL Y TE LLEVA A LA COMUNIÓN CON LO DIVINO”
De la Formación Dakini-Daka.