Dar no es vaciarse, ni quedarse sin ello. Esta creencia viene del yo infantil y del miedo a la vida.
Es una idea nacida de la carencia y la necesidad.
Para salir de ahí, tenemos que conectar con la abundancia y la nutrición.
La tierra nos da todo lo requerido para vivir.
Dar es dejar tus pormenores a un lado y entregarte. Es soltar los miedos y abrirse al amor.
El ego te dice que te van a engañar, que hay que agarrarse o te quedas sin nada, que conserves para cuando no haya.
El miedo alimenta estos pensamientos y genera una vida encogida y tacaña. Hay latente un ahorrarse para un futuro que nunca llega.
Cuando sueltas los temores y apegos, no queda otra, caes en el vacío amoroso.
Es un descanso dejar de sujetar con fuerza las cosas y pasar a permitirse ser sostenida. Un cambio de paradigma.
Cuando nos damos, nos conectamos a la Fuente. Esto es posible desde ese lugar.
Al dar, nos bañamos de amor, y la sensación es de recibir.
Darnos es servir al mundo y así llenarnos.
Dhyana Dakini.